Soluciones a la falta de apetito o deseo sexual
Cuando pasas por una época de bajón, sea por el motivo que sea, eso interfiere directamente en tu apetencia sexual. Tu libido se resiente en función a cómo te sientas, por eso es importante detectar los problemas que nos hacen estar mal, aceptarlos y ponerles solución. Y en consecuencia, mejorar la salud sexual.
Estrés: Este es el motivo estrella de los momentos anti-libido. Es lógico que tod@s estemos sometidos a cierto estrés, ya sea por trabajo, estudios, familia, hijos... y esto afecte a nuestro humor, ánimo, salud, y consecuentemente, a la apetencia sexual. Hay cosas inevitables, la cuestión es gestionar lo mejor posible los problemas y dedicar una hora al día a hacer deporte. El deporte ayudará a regular la sensación de estrés y mejorar la libido.
Baja autoestima: Es lógico que cuando una persona no se siente a gusto consigo misma, la autoestima, el amor propio y el deseo sexual se cae por los suelos. Si esto se debe a un aumento de peso, no lo dejes pasar más tiempo, ponte en manos de especialistas, haz deporte y recupera la forma física y las ganas de disfrutar en la cama.
Depresión: La depresión clínica provoca un bajón de libido absoluto en la mujer y problemas físicos en el hombre reflejados en la pérdida de erección. Estas cuestiones son para dejar en manos del médico, y lo que sí podemos recomendar son ejercicios equilibradores como el yoga, Tai Chi, Pilates...
Medicamentos: Ciertos medicamentos como tranquilizantes, para bajar la presión arterial, píldora anticonceptiva, etc., pueden disminuir la libido. Lee bien los efectos secundarios y consúltalo a tu médico para solventarlo.
Mala alimentación: Una dieta sana y equilibrada es fundamental para mantener la libido a raya. Según estudios, el deseo sexual disminuye si se carece de proteínas, vitaminas y minerales debido a que se reduce la producción de testosterona y otras hormonas. ¡Come adecuadamente!
Dormir poco: Tanto dormir pocas horas como padecer insomnio, son grandes enemigos del deseo sexual. La tensión por la falta de sueño también nos vuelve insensibles a la excitación sexual. Lo ideal es dormir entre 7 u 8 horas, la cuestión es gestionar esas horas disponibles para el sueño y ponerse en manos de profesionales en caso de no poder hacerlo.
Demasiado alcohol: Un par de copas están bien, pero más pueden suponer un problema a la hora de disfrutar del sexo: Problemas de erección en él y problemas de sensibilidad genital en ella. Además de somnolencia y falta de reflejos. Lo mejor es tomar el alcohol justo si la idea es disfrutar de una buena sesión sexual, en el equilibrio está el éxito.
Rutina: Si tienes pareja estable y el problema de la falta de deseo sexual es la rutina, el secreto está en hablar con la pareja, exponer fantasías, ir a talleres sexuales juntos, leer libros eróticos, echar un vistazo a los nuevos productos de sex shop y experimentar nuevas sensaciones.