Sexo en la oficina
Si trabajas en una oficina y estás mesa con mesa con algún compañero o compañera que te hace despistar la mirada y la concentración observando su cuerpo, cómo se mueve, cómo trabaja..., su actitud fuerte y segura que te da un cierto punto de morbo. Si sientes estos, indiscutiblemente, tu compañero/a de trabajo te pone y no lograrás centrarte en tu trabajo hasta que no acabéis teniendo algún contacto sexual.
Un tema tabú para unos, impensable para otros y muy morboso para casi cualquiera. ¿Por qué en la mayoría de los casos se reprime la apetencia de tener sexo con un compañero, fuera o dentro del trabajo? Si bien es cierto que lo segundo puede suponer un elevado riesgo de perder el trabajo, el morbo aumenta considerablemente y el resultado puede ser una satisfacción suprema.
El sexo en la oficina tiene sus pros y sus contras, y depende de lo que ponga cada uno en la balanza, valorará si le compensa o no dejarse llevarse por la pasión sexual en su centro de trabajo.
¿Quién nunca ha fantaseado con sexo oral (activo o pasivo) debajo de su mesa mientras está haciendo un informa, una factura o enviando mails? ¿Qué chica nunca se ha imaginado con la falda subidita, con los codos apoyados en la mesa y el chico por detrás? ¿Quién no se ha imaginado nunca encima de la mesa encima de todo el papeleo echando una cana al aire? Lo cierto es que el sexo en el trabajo es una de las fantasías más reiteradas, en nuestra mano (y nuestro cuerpo) está llevarla a cabo o no.
De lo que no cabe duda es que hacerlo con un compañero y satisfacer esa fantasía, es beneficioso en el sentido de que el rendimiento laboral es mayor y aumenta el compromiso con la empresa. Vuelve a los trabajadores mucho más creativos e imaginativos. Así lo ha confirmado un reciente estudio.
Por otro lado, un estudio anterior de la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos, confirma la creencia de que cuando una pareja se conoce en la misma empresa, la productividad aumenta en un 20%. ¿No sería un chollo para los empresarios si lo tuvieran en cuenta y no separasen a las parejas en los trabajos?
Por otro lado, este recelo es entendible en el aspecto que, si tras el momento álgido de la pareja y sus correspondientes ventajas, la relación termina mal (haya sentimientos o no), la tensión también se trasladaría al trabajo. La cara y la cruz del sexo en el trabajo, como en la vida misma. ¿Cómo lo ves?