¿Pechos perfectos? no me gustan mis pechos
A la hora de disfrutar de la vida, del sexo, es imprescindible sentirse bien con uno mismo, pero muchas son las personas que se terminan perdiendo los placeres que proporciona la vida, simplemente por algún pequeño complejo físico que se coloca en el camino como un obstáculo.
Uno de los complejos más reiterados en las mujeres es el pecho. Por cada mujer hay un tipo de pecho: más grande, más pequeño, más terso, más caído, con un pezón más grande o más pequeño, más claro o más oscuro... Una mujer, un pecho.
El problema se genera cuando la mujer está descontenta con él, y generalmente, el complejo más repetido es el del poco pecho, lo cual no es una imperfección física pero sí puede despertar ese descontento en la mujer dados los cánones de belleza que predetermina la sociedad.
Para que una mujer esté contenta con su pecho tiene dos opciones: aceptarse u operarse. En el segundo caso, una opción muy válida aunque con sus riesgos, se recomienda cuando el complejo sobre afecta a la psique y va a compensar ese descontento físico. Pero está claro que, ante todo, toda persona y toda mujer ha de aceptarse tal y como es, aún siendo consciente de sus virtudes y carencias.
La base del éxito está en la aceptación personal y una buena autoestima, porque de ello dependerán los éxitos de cada persona, tanto en el amor, en el sexo, en la vida social y económica.
Aún teniendo claro el paso por el quirófano para arreglar el pecho en manos de un buen cirujano, conviene repetir un ejercicio personal ante el espejo cada mañana. Analizar el cuerpo reflejado en el cristal, mirarlo con cariño y aprecio personal, no con asco ni desprecio, apreciar sus formas, sus cosas bonitas, valorarlo como lo que es.
Haciéndolo de forma constante, el cerebro se termina acostumbrando a esa aceptación, de modo que si la mujer lo toma en serio, terminará estando más feliz con lo que la naturaleza le ha dado, más contenta y segura de sí misma, lo que la dotará de una actitud y seguridad que podrá transmitir al resto, tanto en la calle, como en el trabajo, comprando el pan o manteniendo relaciones sexuales.
Aceptarse a una misma, utilizar cremas, bonitos sujetadores, perfumes, feromonas de atracción masculina, escotes favorecedores, caminar con los hombros hacia atrás y elevándolos al caminar, de este modo la mujer lucirá más bella para sí misma y para el resto.