Consejos para retomar la pasión en la pareja
Dicen muchos estudios que el amor se acaba, como muy tarde, a los 4 años de relación. Esto puede ser tan real como pretendamos que sea. Lo que sí es cierto es que, si con el tiempo vamos desatendiendo la relación, es lógico que el fuego y la pasión se acabe. ¿Pero por qué vamos a dejar que esto sea así si amamos a nuestra pareja y nos sigue atrayendo sexualmente?
No dejemos que el tiempo haga mella en nuestra relación y terminemos con una pérdida de nuestra pasión, de las relaciones y encuentros eróticos. Tengamos hijos o no, o el trabajo nos lleve por el camino de la amargura. Cuidemos la relación si verdaderamente la deseamos sin caer en el habitual distanciamiento de pareja.
Os dejamos con algunos consejos para recuperar el deseo sexual en pareja:
La comunicación es básica y esencial. Una comunicación verbal sin tapujos no se puede sustituir por un gesto, una cara determinada o un encogimiento de hombros.
Cuenta a tu pareja tus fantasías sexuales, esos deseos eróticos que te rondan por la cabeza cuando estás a solas, fantaseas y te masturbas. ¿Un trío, una orgía o un un encuentro pasional al aire libre?
No esperes a que sea la otra persona la que empiece con el juego. Ten tu propia iniciativa y hazle un masaje, propónselo, sorpréndelo con un modelito sexy, con un regalo erótico, un juguete sexual.
Regálale un fin de semana romántico en un spa, en un hotel rural con encanto. Abre tu mente y lleva una maleta llena de juguetes: consoladores, vibradores, antifaces, aceites eróticos, disfraces sexys... En resumidas cuentas, lo que más te guste y te apetezca probar con tu pareja.
Sorpréndel@ durante el día con algún mensaje sexy y erótico por Whatsapp, Facebook... Seguramente no lo espere y le encenderá las luces. ¿Qué tal contarle tus deseos para esa misma noche o el fin de semana? ¿O un "selfie" de ese mismo momento delante del espejo?
Se trata de romper el hielo y retomar la pasión que años atrás os unió y vivir un segundo noviazgo o matrimonio. Si tienes dudas, si no sabes por dónde va, ni lo que le apetece o apetecería... pregúntale. ¿Para qué más rodeos?
¡Suerte y disfrutad!