La ruta del arte erótico
Desde el inicio de la humanidad muchos han sido los mitos, rituales y artes de antiguas culturas que han expresado una amplia variedad de temas sexuales. De hecho, las imágenes eróticas se encuentran entre los más primitivos indicios que sobreviven de la cultura humana en el período Paleolítico entre 30. 000 y 10. 000 a. C. Sin ir más lejos los egipcios representaban los mitos de la creación a través de papiros que reflejaban parejas copulando con exagerados órganos sexuales.
Asimismo, durante mucho tiempo el coleccionismo de arte erótico ha sido la fascinación privada de personas ricas y poderosas, entre las que se encuentran diversos emperadores ingleses, alemanes y franceses que conformaban sus propias colecciones privadas.
En la actualidad la mayoría de los grandes museos del mundo contienen obras de naturaleza erótica, pero para disfrutar del arte erótico en su máximo esplendor conviene visitar los museos eróticos especializados:
El Museo Erótico de Madrid contiene un amplio repertorio de arte sexual repartido en dos plantas de más de 800 metros cuadrados. Referencias históricas, antropológicas, artísticas y culturales conviven con la fantasía más erótica. Exotismo, rarezas, fetiches y muchas curvas en un museo apto para todos los gustos.
El Museo de la Erótica de Barcelona funciona como centro de información didáctica sobre el erotismo y ofrece un interesante recorrido por la cultura erótica a través de sus diversas facetas y expresiones, tales como literatura, artes plásticas, historiografía, arqueología o antropología.
El Museo Erótico de Beate Uhse, en Berlín, está considerado el mayor museo erótico del mundo. El nombre deriva de Beate Uhse, una anciana fundadora de la primera tienda en Alemania para productos anticonceptivos y pionera en la lucha por la democratización sexual alemana. El museo contiene más de 5.000 objetos sexuales provenientes de todo el mundo y cuenta con una exhibición oriental que incluye ejemplos del arte Shunga japonés (con sus prominentes genitales). Hay también obras de pintura erótica china de los Siglos XVIII y XIX.
Por último, el Museo del Erotismo, en París, muestra con buen gusto y afán didáctico una parte fundamental de la historia de Francia. En él se encuentra, por ejemplo, la estupenda colección de fotografías de la prostitución parisina del siglo XIX y comienzos del XX. Además tanto el Museo del Louvre como la Biblioteca Nacional poseen obras que no se consideran apropiadas para la exposición pública, desde la cerámica griega a grabados y dibujos eróticos europeos.
¿Te animas a dar un paseo por los museos más picantes y atrevidos?