Los juguetes sexuales de las famosas
En variadas ocasiones hemos comentado sobre las visitas de las famosas al sex shop, como cualquier otra persona "de a pie", con sus gustos, morbos y fantasías, con una leve diferencia: Sus caprichos suelen estar valorados a la altura de las nubes. Unos más que otros.
Basta con recordar el vibrador de platino y diamantes que hace años compró David Beckham a su mujer Victoria Beckham. Un juguete hecho a mano y que costó casi dos millones de dólares, que se dice pronto.
Por otro lado tenemos a Paris Hilton, la reina de las excentricidades. Su juguete erótico más sonado es un consolador de cristal con una cola de zorra de marabú rosa con 12 cristales de Swarovski. Suena a reliquia inalcanzable, ¿verdad?
Un tanto más asequible es el juguete favorito de Lady Gaga. Hablamos del famoso conejito rampante que rompió moldes en Sexo en Nueva York. Al igual que la actriz Eva Longoria, también es otra aficionada y amante de estos maravillosos vibradores rotatorios. Que por cierto, os invitamos a dar un paseo por nuestra gran selección de conejitos vibradores para que no tengáis nada que envidiar a estas refinadas mujeres.
Pero las famosas no solo se centran en el mete-saca de juguetitos consoladores y vibradores. También son unas grandes amantes de los disfraces y lencería erótica: Paris Hilton, Christina Aguilera o Britney Spears son tres de las famosas con este gusto abiertamente reconocido.
En el caso de Britney Spears, hubo una noticia muy sonada de que fue pillada comprando en el sex shop un disfraz de colegiala, de policía sexy y enfermera por 7.000 dólares. Casi nada. También podéis ver los disfraces eróticos que tenemos en Me Lo Paso Goma.
Y finalmente, otra sonada visita al sex shop fue la de Beyoncé hace unos meses, con su pareja Jay Z. En total se gastaron nada menos que 4.000 dólares en artículos eróticos variados.
Y es que, las famosas también tienen sus gustos e inquietudes sexuales, como todas, con la diferencia de que se pueden permitir ciertos caprichos imposibles pero que no por ello los vayan a sentir mejor que nosotras.