Grabar un video porno casero
Seguro que tú o tu pareja, alguna vez habéis hablado, o al menos pensado y fantaseado, sobre grabaros en vídeo mientras estáis manteniendo relaciones sexuales. Es una fantasía muy recurrida en cada vez más parejas, y muchas, más de las que puedes imaginar, la utilizan en sus momentos íntimos para darle más chispa y morbo a su vida sexual.
Párate donde estés y piensa en alguna escena que te hayas recreado en tu menta ante una cámara, ¿por qué no hacerla posible? Son muchas las parejas que gozan de los placeres de grabarse en vídeo, de ser los protagonistas de su propia película erótica, su película porno... del grado de X que ellas deseen.
Para adentrarse en este morbo tan de moda, lo primero es tener confianza en la pareja. Aún siendo una pareja estable y muy unida, puede que no te fíes de grabarte en actitud sexual por la desconfianza del mañana. No pasa nada, en ese caso, siempre podéis recurrir a grabaros en planos que no capten vuestras caras, así se eliminan las incomodidades y miedos que puedan surgir a que el vídeo termine en el móvil de algún amigo, o lo que es peor, en Internet.
Otra opción para que no exista ninguna probabilidad de difusión del vídeo, es simplemente eliminarlo. Os grabáis, lo dais todo en vuestra relación, y cuando terminéis lo veis, relajados, excitados... El fin de esto es que vuestro morbo aumente a niveles inimaginables. Y luego, ante la duda, lo borráis de vuestros dispositivo digital con el que lo hayáis grabado.
¿Qué es lo más cómodo para grabar un vídeo porno casero?
Generalmente, lo que más utilizan las parejas es una webcam. Con la webcam se puede fijar un plano concreto a grabar y dejarla ahí mientras estáis a lo vuestro. La segunda opción sería grabarlo con un móvil, lo cual ya requiere que uno de los dos esté sujetando el móvil con la mano. Este tipo de grabación casera se llama POV (Point Of View), que significa el punto de visión del que lo está grabando. Es decir, que una vez que vuelves a ver el vídeo o lo ve otra persona, se sentirá dentro de la propia "película".
Cabe destacar que este tipo de prácticas ayudan a generar mucha más autoconfianza, a jugar, desinhibirnos, fantasear, disfrutar y vivir el sexo sin tabúes, sin tapujos y sin rubores.
Si de verdad os apetece, no tiene nada malo que os iniciéis en este mundillo, simplemente para vuestro placer. O quién sabe si algo más... vosotros marcáis el límite.
¿Qué película estás dirigiendo ya en tu cabeza?